Salario mínimo 2026. ¿Es viable otro aumento de doble dígito?

Durante su participación en la Convención Bancaria, la presidenta de México confirmó que el gobierno federal mantendrá la política de recuperación del salario mínimo. Si se cumple el escenario planteado, el ajuste para 2026 sería de aproximadamente 12%, lo que llevaría el salario mínimo general de 278.80 a 312.30 pesos diarios, rebasando por primera vez los 300 pesos.

Este incremento implicaría un salario mensual de alrededor de 9,494 pesos, acercándose a los 10,350 pesos mensuales que, según el Coneval, es el ingreso promedio de la población ocupada en el sector formal. Mientras tanto, el salario promedio ha crecido a un ritmo mucho más lento —apenas 5.3% en el último año— lo que subraya la diferencia entre ambas métricas.

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La meta: alcanzar 2.5 canastas básicas

Según Sheinbaum, el objetivo para 2030 es que el salario mínimo alcance para 2.5 canastas básicas. Actualmente, cubre el equivalente a 1.8, y un aumento sostenido del 12% anual —con inflación bajo control— podría permitir cumplir esa meta.

Inflación, el principal condicionante

La presidenta subrayó que el único factor que condicionaría este aumento es la inflación. Si los precios se mantienen por debajo del 4% anual, el incremento al salario mínimo seguirá su curso. En caso contrario, el ajuste podría ser mayor. Sin embargo, no se hizo mención a otros elementos clave como el enfriamiento económico o la baja expectativa de crecimiento del PIB, que analistas nacionales estiman en apenas 0.2% para este año, según el Banco de México.

¿Un entorno favorable?

A diferencia del inicio del sexenio anterior, el actual contexto económico es más complejo. Entre los principales desafíos se encuentran:

  • Un crecimiento económico débil en el primer trimestre.
  • Desaceleración en la industria.
  • Un mercado laboral formal con su peor desempeño en abril en 16 años.
  • Tensión comercial con EE. UU., que podría afectar el empleo y la inflación.

Este panorama abre una pregunta clave: ¿cómo mantener el crecimiento del salario mínimo sin poner en riesgo el empleo formal o provocar efectos secundarios como informalidad o inflación?

El riesgo de una estructura salarial comprimida

Aunque el aumento al salario mínimo ha sido una corrección histórica necesaria, también genera tensiones:

  • Micro y pequeñas empresas, que constituyen más del 95% del total, podrían tener dificultades para absorber los nuevos costos laborales.
  • El salario mínimo está ya muy cerca del promedio de ingresos formales, lo que puede presionar la estructura salarial interna de muchas empresas y limitar los incentivos a la movilidad laboral.

¿Qué se necesita para que sea sostenible?

Un alza sostenida del salario mínimo necesita ir acompañada de políticas que impulsen la productividad, sobre todo en los sectores más vulnerables. De lo contrario, el aumento podría trasladarse a precios, neutralizando el poder adquisitivo que se busca fortalecer.

El reto no está en decidir si el salario debe seguir subiendo, sino en cómo hacerlo sin generar efectos indeseados.

Conclusión

Llevar el salario mínimo a 9,500 pesos mensuales por decreto podría parecer una victoria en términos de justicia laboral. Pero sin una estrategia integral que contemple productividad, formalización del empleo y apoyo a pequeñas empresas, esta política corre el riesgo de convertirse en insostenible en el mediano plazo.


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Fuente: El Economista

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